08 enero 2008

Oh my God!


O en cristiano, ¡Oh diox mio!
La idea de este post la tuve el día 6 por la noche, cuando volvía a casa del cumpleaños de Adán. Volvía con la radio puesta a toda ostia con la canción que he linkado en el titulo del post. Exactamente con esa canción. Versión en directo del Californication de Los Red Hot Chili Peppers desde el Slane Castle de Irlanda. La versión de estudio es impresionante, de las mejores canciones de este grupo que me encanta. De las primeras canciones que me aprendí (por lo menos de forma muy básica) de los RHCP junto con Otherside. Es de esas canciones que cuando las oyes sabes que esta gente tiene cosas que contar, que explicar al resto del mundo, y que es jodidamente bueno que gente con ese talento se dedique a esto de la música. Y eso lo piensas con la versión de estudio, y con la versión que os he pasado a partir del primer minuto y 47 segundos.
Pero lo importante de la canción son esos 107 segundos primeros de la canción. Ese minuto y 47 segundos de intro, si queréis llamarlo así. Yo lo llamo el minuto y 47 segundos mas cercanos a la perfección que existen en esto de la música. Juntar a dos MÁQUINAS de la música, John Frusciante con la guitarra eléctrica y Flea con el bajo para hacer esa maravilla, para regalar a todos los que estaban en aquel concierto, y gracias a los DVD para todos los que después hemos podido hacernos con una copia de esa joya, de ese momento impresionante.
Santi (La despensa a la derecha) está preparando un CD con BUENA música para intentar que una amiga aprenda a disfrutar de la buena música y que sepa distinguir entre las canciones hechas en una fabrica en cadena, donde todas se parecen a todas, donde las letras son intercambiables con la música, y sigue "quedando bien", entre esta bazofia, y la buena música, las canciones curradas, donde los compositores y los músicos que interpretan esas canciones lo dan todo y donde no importa ni su cuerpo, ni los movimientos que hagan, salvo los de sus dedos al presionar los trastes o rasgar las cuerdas, o tocar las teclas de un piano o teclado, o simplemente manipular sus cuerdas vocales, donde no importa si el cantante va en pantalones de cuero ajustado para que se le note mas el rabo, o si es capaz de dar tres o cuatro vueltas sobre sus pies, o si los guitarristas o bajistas o demás miembros del grupo van vestidos igual y respetan la coreografía. Nada de eso importa, porque eso no es MÚSICA, el resto es puesta en escena, marketing o como lo quieran llamar.

Este fragmento, este vídeo es justamente la representación justa de lo que estoy diciendo: Me juego lo que queráis que el que monta los conciertos de los bisbalines y demás gente de ese calaña nunca permitiría que uno de los miembros de la banda fuese todo el concierto con un disfraz de esqueleto, o que el guitarrista fuese con la camisa quitada, o que ninguno de los dos bailase bien y se moviesen como si estuviesen en mitad de algún tipo de rito vudú. Pero eso no importa para la música. lo que importa es que si os ponéis el ipod (o el mp3 que tengáis) con esta canción, os tumbais en la cama con la luz apagada y la puerta de la habitación cerrada, vais a sentir algo que los triunfitos son incapaces de hacer sentir, ni a sus familiares mas cercanos, sentir que eso es MÚSICA, y así, con mayúsculas, en grande, música de la buena. Por lo que le invito a Santi que le pase este linko a la susodicha, ya que se que el CD ya lo tienes decidido, y no entran los 7 minutos de canción que aquí presento.

Pues eso. Disfrutar de la música. Y de todo lo demás.

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